jueves, 31 de enero de 2013

Santa Lucía, una iglesia salvaguarda de nuestro legado histórico-artístico


La iglesia de Santa Lucía, hoy almacén del Museo de Zamora, datada entre los siglos XII y XIII y situada en la plaza homónima, acoge en su interior gran parte de la excelsa historia de Zamora y su provincia, como atestiguan la inmensa cantidad de piezas de variada procedencia que se almacenan en su interior.

Santa Lucía, cuyas primeras referencias escritas datan en torno al año 1200, fue edificada en la antigua Puebla del Valle, cerca de otras iglesias románicas, como San Cipriano, San Simón y San Julián. A pesar de su primitiva cronología, su fábrica románica ha sido posteriormente transformada por reformas ulteriores, como a comienzos del siglo XVI, cuando Antón Hernández y su mujer Benita Lozana costearon la construcción de la capilla de la Soledad, erigida a los pies de la nave meridional y cubierta por una magnífica crucer ía gótica. En el siglo XVII, se reformó la cabecera, abriendo en el testero de la capilla mayor un camarín típicamente barroco y realizándose la portada meridional, de sencilla composición manierista. Ya en 1745, se levantó la espadaña situada en el hastial. En el interior, las 3 naves originales se fundieron, probablemente en el siglo XVII, en una sola, con el volteo de grandes arcos perpiaños agudos. Del primitivo edificio románico, solamente se conservan el muro septentrional y parte del hastial.
 
En el interior de la iglesia, no visitable salvo petición expresa, puede observarse una buena representación de la historia y la arqueología zamoranas, extensible al propio Museo de Zamora, que va desde un buen número de estelas y mosaicos de época romana, a un sinfín de elementos arquitectónicos y heráldicos, pasando por sarcófagos, verracos y otras piezas que no tienen cabida, por razones de espacio y museísticas, en el mencionado museo. Algunos de las objetos más interesantes que se conservan en este almacén son los vaciados de escayola de los relieves, las estelas de los muros y una viga y dos grapas de madera, procedentes todos ellos de la iglesia visigótica de San Pedro de la Nave, y que han servido para precisar la fecha de su construcción, a través de una serie de estudios. Otra de las piezas que más destaca es el modelo preparatorio que Mariano Benlliure utilizara para su magnífico “Redentor camino del Gólgota”, que los zamoranos renombraron como “Redención”. En el interior de Santa Lucía, también descansan fondos pictóricos y escultóricos, además de piezas de carácter etnográfico. Dentro de los fondos pictóricos, lo más destacado es que hasta el año 2005 pudieron contemplar se en la cabecera dos grandes cuadros de Vicente Carducho, pertenecientes a la serie que este pintor realizase sobre la vida de San Bruno para la cartuja madrileña de El Paular, y que fueron depositados por el Museo del Prado, en cuyo taller de restauración se encuentran en la actualidad. En cuanto a los elementos heráldicos, destaca, principalmente, una serie de escudos realizados en su día por Eduardo Barrón, así como otros pertenecientes a la época franquista y a la Falange.

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